CANT. | TITULO | AUTOR | EDITORIAL |
19 | Engage level 2: student book | Manin, Gregory | Oxford |
21 | Engage starter: student book | Manin, Gregory | Oxford |
40 | For Teens 1: student´s book + work book | Corradi, Leonor | Pearson-Longman |
39 | For Teens 2: student´s book + workbook | Corradi, Leonor | Pearson-Longman |
40 | For Teens 3: student´s book + work book | Corradi, Leonor | Pearson-Longman |
42 | New Headway: English course. Begginer | Soars, John and Liz | Oxford |
14 | New Headway: English course. Pre-intermediate | Soars, John and Liz | Oxford |
40 | Opportunities Elementary: mini-dictionary | Ruse, Christina | Longman |
43 | Opportunities Elementary: student´s book | Harris Michael | Longman |
18 | Opportunities pre-intermediate: mini-dictionary | Ruse, Christina | Longman |
19 | Opportunities pre-intermediate: student´s book | Harris Michael | Longman |
43 | Up close 1: English for global comunication | Uhl Chamot, Anna | Tomson Heinle |
45 | Up close 2 : English for global comunication | Uhl Chamot, Anna | Tomson Heinle |
35 | Up close 3: English for global comunication | Uhl Chamot, Anna | Tomson Heinle |
38 | What´s up? 1:student´s book + workbook | Myers, Cathy | Pearson-Longman |
40 | What´s up? 2: extra practice (cuadernillo compl.) | Pearson-Longman | |
40 | What´s up? 2: student´s book + workbook | Myers, Cathy | Pearson-Longman |
38 | What´s up?1 : extra practice (cuadernillo compl.) | Pearson-Longman | |
44 | Your choice next: student´s book 1 | Downie, Michael | Richmond Publishing |
36 | Your choice next: student´s book 2 | Downie, Michael | Richmond Publishing |
32 | Your choice next: student´s book 3 | Downie, Michael | Richmond Publishing |
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viernes, 28 de septiembre de 2012
Bibliografía de libros de Inglés
viernes, 7 de septiembre de 2012
5 razones para leer a Borges
Por: Alejandro Bongiovanni
Un análisis sobre las virtudes de uno de los escritores más importantes de América Latina.
El
24 de Agosto se conmemora, desde hace pocos años, el Día del Lector, en
justo homenaje al escritor argentino más grande de la historia: Jorge
Luis Borges. La efeméride es válida tanto para fomentar el placer por la
lectura –acaso uno de los más elevados placeres del hombre– como para
recordar la obra del mejor embajador cultural que ha tenido nuestro
país. A continuación, enumeramos cinco razones –arbitrarias e
insuficientes– para adentrarse en los cuentos, ensayos y poemas, de
Jorge Luis Borges:
I) Prosa:
incorporado dentro de la corriente ultraísta, que apadrinara el gran
prosista sevillano Rafael Cansinos-Asséns, Borges escribe con una prosa
que se caracteriza por la tachadura de las frases medianeras, los nexos y
la adjetivación inútil. Es un ejercicio interesante –e infructuoso–
buscar palabras en sus textos que no tengan alguna función. La
funcionalidad, sin embargo, en lugar de ir en contra de la estética, la
potencia. Sus palabras son, a la vez, concretas, bellas y limpias.
II) Erudición:
si a alguien puede atribuírsele el mote de “biblioteca andante” es, sin
dudas, a Jorge Luis Borges. La vastedad de sus conocimientos en ramas
disímiles como filosofía, matemática, lógica, historia, religión o
mitología es asombrosa, sólo superada por su saber en relación a la
literatura clásica. Borges conocía a la perfección un enorme abanico de
autores y libros orientales y occidentales. Entre sus autores más
cercanos siempre figuraron Chesterton, Schopenhauer, Kipling, Stevenson,
Shakespeare, Carlyle, Shaw, Wilde y Berkeley. También escribió varios
textos sobre algunas obras que le resultaban fundamentales, como La
Ilíada, Don Quijote de la Mancha, Las mil y una noches, y Martín Fierro.
Pero quizás lo más importante es que la erudición de Borges, como toda
su vida, estuvo siempre puesta en función de la escritura. Borges, en
sus páginas como en sus entrevistas, invita a leer a otros autores. Su
amor por los libros es contagioso y rodea al lector. Para Borges, leer
bien –seleccionar buenos libros– era una cualidad tan o más importante
que escribir bien. “Que otros se jacten de las páginas que han escrito, a mí me enorgullecen las que he leído” dice en el poema “Un lector”.
III) Cuentos: además
de sus poesías –algunas, verdaderos tratados de filosofía de una
carilla– y sus diversas páginas de inquisiciones metafísicas o
históricas, Borges se expresó fundamentalmente en cuentos –nunca eligió
escribir novelas–. Y en estos cuentos, además de su estilo inigualable,
el lector puede presenciar historias que lo marcarán para siempre. Los
duelos a cuchillo, los laberintos, el tiempo y el infinito, los espejos
velados, el heroísmo y la traición; en fin, una gran variedad de temas
tratados como sólo un verdadero genio de las letras puede hacerlo. “La
intrusa”, “El inmortal”, “El jardín de senderos que se bifurcan” o “El
sur”, son una escasa y azarosa selección para el que quiera empezar a
leer Borges.
IV) Argentino y cosmopolita: A
pesar de ser un ciudadano del mundo, como corresponde a todo hombre
verdaderamente amante de la cultura –la cultura no entiende de
fronteras– Borges estaba además profundamente atravesado por la tierra
que lo vio nacer y crecer. Los orilleros de los barrios porteños, el
tango, y la inmensidad de la pampa, están presentes en su obra con la
misma nitidez que figuran Nietzsche o Goethe. Leer a Borges es un viaje
sin límites geográficos ni temporales. Lamentablemente, este carácter
cosmopolita, hizo que los aplausos al escritor provengan mucho más de
afuera que de adentro de su país. Borges era enemigo de los
nacionalismos y anarquista a la manera spenceriana. “Mis convicciones en
materia política son harto conocidas: me he afiliado al Partido
Conservador, que es una forma de escepticismo, y nadie me ha tildado de
comunista, de nacionalista, de antisemita, de partidario de Hormiga
Negra o de Rosas. Creo que con el tiempo mereceremos que no haya
gobiernos. No he disimulado nunca mis opiniones, ni siquiera en los años
arduos, pero no he permitido que interfieran en mi obra literaria” dice
Borges en el prólogo al “Informe de Brodie”, aclarando que para un
escritor el norte debe ser la literatura. Válida afirmación en épocas
donde cualquier advenedizo es tomado por bueno porque tiene “compromiso
político” y los verdaderamente grandes, como Jorge Luis Borges, provocan
cierta indiferencia por nunca haberse embanderado en demagogia
nacionalista.
V) Grandeza: a
pesar de ser, por lejos, el escritor argentino más importante de la
historia, y uno de los más grandes de la lengua castellana, Borges
mantuvo durante toda su vida una humildad extrema. Producto de una
timidez cándida, sostenía que “es una descortesía tener razón” y dada la
importancia que le daba al azar, no tomaba demasiado en serio la
circunstancia de ser él quien escribía y otro el que leía. En “Fervor de
Buenos Aires” dice magistralmente: “Si las páginas de este libro
consienten algún verso feliz, perdóneme el lector la descortesía de
haberlo usurpado yo, previamente. Nuestras nadas poco difieren; es
trivial y fortuita la circunstancia de que seas tú el lector de estos
ejercicios, y yo su redactor”.
Espero
estas pocas razones sirvan para fomentar la obra de Jorge Luis Borges,
verdadero abrevadero de cultura clásica y, a la vez, entretenimiento de
altura. Bienaventurados los lectores.
II) Erudición: si a alguien puede atribuírsele el mote de “biblioteca andante” es, sin dudas, a Jorge Luis Borges. La vastedad de sus conocimientos en ramas disímiles como filosofía, matemática, lógica, historia, religión o mitología es asombrosa, sólo superada por su saber en relación a la literatura clásica. Borges conocía a la perfección un enorme abanico de autores y libros orientales y occidentales. Entre sus autores más cercanos siempre figuraron Chesterton, Schopenhauer, Kipling, Stevenson, Shakespeare, Carlyle, Shaw, Wilde y Berkeley. También escribió varios textos sobre algunas obras que le resultaban fundamentales, como La Ilíada, Don Quijote de la Mancha, Las mil y una noches, y Martín Fierro. Pero quizás lo más importante es que la erudición de Borges, como toda su vida, estuvo siempre puesta en función de la escritura. Borges, en sus páginas como en sus entrevistas, invita a leer a otros autores. Su amor por los libros es contagioso y rodea al lector. Para Borges, leer bien –seleccionar buenos libros– era una cualidad tan o más importante que escribir bien. “Que otros se jacten de las páginas que han escrito, a mí me enorgullecen las que he leído” dice en el poema “Un lector”.

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